Adquisición

Todos los animales deben adquirirse legalmente. Este mismo principio se aplica igualmente a los animales recibidos gratuitamente (véase también El cuidado de los animales de laboratorio, identificación y registros). Es preferible en lo posible obtener especies estándares de animales de experimentación de un criador reconocido o de un abastecedor acreditado. Si embargo, muchas provincias tienen una reglamentación que controla la adquisición de perros (véase también Responsabilidad para el cuidado y uso de los animales de experimentación). En Ontario se inspeccionan los establecimientos destinados a la crianza de animales de laboratorio y se les otorga licencias. Se exige que todos los productores comerciales de animales de laboratorio, sin considerar que estén o no bajo la legislación provincial, prevean instalaciones de alojamiento y observen prácticas similares a las planteadas en este Manual.

Es obvio que será el mayor interés del comprador y del abastecedor ver la eliminación de cualquier condición indeseable que afecte la salud y la calidad del animal. Entonces, el comprador (la institución) debería informar el abastecedor de cualquier condición indeseable observada en el momento de la recepción de los animales. El abastecedor debería, si se lo pide, proveer informaciones detalladas sobre el control de salud, la crianza y las prácticas de manejo empleadas.

La adquisición de animales depende de la aprobación previa del proyecto de investigación por el Comité de protección de los animales. Los procedimientos de adquisición deben ser conocidos para asegurarse que la institución tenga un inventario de todos los animales de experimentación para los cuales se responsabiliza, para permitir la preparación de locales adecuados y tomar la medidas necesarias antes de recibir los nuevos animales.

2.    Transporte

a)    Introducción

Según las especies y el tamaño del animal, los modos de transporte pueden ser por vía terrestre, marítima o aérea. Para la mayoría de las especies de laboratorio el método más común es el transporte terrestre, para distancias relativamente cortas, o por aire para distancias más largas. El objetivo de cualquier método de viaje es garantizar la seguridad y comodidad del animal en las cajas de transporte, y también llevarlos a su destino en la forma más rápida y segura posible.

Aunque muchas agencias se encarguen del transporte de los animales como tales, pocas se interesan en el transporte de animales de experimentación. La Asociación para el Transporte de Animales (anteriormente conocida como el Animal Air Transportation Association) tiene la responsabilidad del mejoramiento de todos los medios de transporte. Existen publicaciones disponibles sobre el tema del transporte de animales. La Federación de las Sociedades Canadienses de Protección de los Animales (CFHS, 1988), por ejemplo, condujo una encuesta sobre el transporte de ganado en Canadá. Además, se realizaron recientemente simposios sobre el bienestar de los animales en tránsito (Gibson, Paterson y Conville, 1986) de la Asociación de Veterinario Británico, de la Asociación Mundial para el Estudio y la Seguridad de los Animales en Tránsito (Laing, 1991).

b)    Reglamentos-cajas y transporte

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (AITA) publica anualmente los Reglamentos de transporte de animales vivos, que incluye información sobre la documentación, las cajas y otros requerimientos para el transporte humanitario de animales vivos (IATA, 1992). Esta reglamentación incluye 81 descripciones de cajas según las especies, el diseño y fabricación, los preparativos para el despacho, directrices sobre la alimentación, el cuidado general y el embarque. Aunque la información es específica para el transporte aéreo, las exigencias para las cajas son aplicables a todos los modos de transporte, ya que asegura la seguridad, la comodidad, y el bien estar de los animales (Rowsell, 1992).

A fin de asegurar un contenido técnico preciso, la AITA prepara sus reglamentos en consulta con representantes de la Convención sobre el Comercio Internacional de las Especies Silvestres de la Fauna y Flora Amenazados de Extinción y de la Office International des Epizooties. Desde más de diez años, el Consejo Canadiense de Protección de los Animales (CCPA), el Consejo Internacional de Ciencias de Animales de Laboratorio, así como también el Eurogrupo para el Bienestar Animal, han establecido relaciones estrechas con la Comisión AITA para los animales vivos, que se ocupa principalmente de puntos relativos al transporte de animales experimentales.

La legislación Canadiense sobre el transporte incluye la Ley (federal) sobre la salud de los animales (C-66, Junio, 1990, rev. marzo, 1992; 38-39 Elizabeth II, capítulo 21), la Ley (Ontario) sobre los animales destinados a la investigación (Estatutos enmendados de Ontario, 1980, capítulo 22, enmendados en 1989, capítulo 72, s6 y reglamentos 16,17,18,19), y, en Alberta, las Universities Act (Section 50, "Dog Control and Procurement"; reglamentos 341-366). En 1972, el Alberta Regulation 33-72 fue mejorado para incluir el tratamiento de animales (Rowsell, 1974). También, existen legislaciones específicas sobre el transporte de animales en las provincias, y reglamentos específicos en los municipios.

El transporte de animales desde los Estados Unidos para Canadá está afectado por la ley del U.S. Department of Agriculture's Animal Welfare Act (1966) que especifica las temperaturas mínimas y máximas a las que se deben mantener los animales en tránsito. El U.S. Department of the Interior, U.S. Fish and Wildlife Service, son responsables de la importación de los pájaros y mamíferos silvestres. También es el U.S. Department of the Interior que tiene la responsabilidad de la aplicación del Marine Mammal Protection Act.

c)    El estrés del transporte

Una de las variables más difícilmente controlable en la experimentación animal es el efecto sobre la investigación ocasionado por el movimiento de los animales desde un lugar a otro (Landi, Kreider, Lang et al. 1982, 1985; Aguila, Pakes, Lai et al. 1988; Bean-Knudsen y Wagner, 1987, Reinhardt, 1992). Esto puede implicar grandes distancias entre países o distancias menores, tales como las recorridas en el interior de las mismas instalaciones. El solo hecho de mover a los animales dentro del bioterio afecta los índices de estrés, que pueden llegar a ser importantes si el individuo que hace el transporte es un extraño (Gärtner, Büttner, Döhler et al. 1980).

Las causas de estrés en el transporte de animales incluyen la inexperiencia de las personas que hacen las manipulaciones, la demora en preparativos durante el tránsito y en la llegada al destino, y las condiciones a lo largo del transporte, p. ej., caminos en mal estado, transporte ferroviario difícil, mar agitada y turbulencias de aire. Otros factores importantes incluyen: la comodidad de las cajas y si estas son convenientes, el tiempo necesario para que los animales se adapten a las cajas antes del transporte, la temperatura y ventilación de las cajas y del ambiente y la distintas zonas de temperatura que puedan atravesar los animales. Es imprescindible hacer los adecuados arreglos previos relativos al transporte de los animales, a fin de minimizar el tiempo pasado en tránsito.

El estrés de transporte se puede minimizar evitando las largas distancias, los sistemas lentos y, como fue mencionado, aclimatando a los animales a las cajas y, cuando sea posible, al modo de transporte. Kiley-Worthington (1990) demostró en estudios sobre el transporte de animales de circo y de zoológico, que aquellos que no estaban acostumbrados a las manipulaciones (es decir, los animales silvestres o no domesticados o no acostumbrados al confinamiento), sufrirán probablemente más que los otros. Aunque haya mucho interés sobre los animales de circo, perros de exposición o caballos de competición sometidos a transportes regularmente, este investigador informó que "nada permite creer que el transporte de los animales de circo es necesaria o habitualmente estresante o traumatizante para los animales, aunque que lo sea para el ganado no acostumbrado."

Frecuentemente se descuida capacitar a las personas involucradas en el transporte de animales. Aunque se sepa que las personas responsables del transporte de animales sin experiencia pueden afectarlos considerablemente, no se ha hecho mucho para entrenarlos apropiadamente. En 1978, el CCPA produjo un documento audio-visual sobre el "Transporte Humanitario de Animales Vivos", que fue distribuido a todas las compañías aéreas y otras agencias involucradas en el transporte de animales (Fletch, 1978; Rowsell, 1990).

Los principios enunciados en el programa de capacitación producido por el CCPA continúan siendo aplicables hoy. Se menciona, por ejemplo, que el personal responsable del transporte de animales, incluyendo los empleados de bioterio, necesitan tener conocimientos sobre los diversos tipos de animales, las diferencias entre las especies de pájaros y de mamíferos, además de nociones sobre los invertebrados. También deben conocer las exigencias relativas a las cajas de transporte y las especificaciones requeridas para etiquetar y marcarlas, y para llenar la documentación apropiada, que incluye las exigencias de licencias, ambos para la exportación y el país de destino. Deben conocer las responsabilidades tanto de los que envían como de los que reciben a los animales. Deben también darse cuenta de la importancia de hacer arreglos previos relativos a la expedición y al transporte de animales.

La responsabilidad de conocer los medios seguros y humanitarios de transporte de animales incluye también a las personas que trabajan de alguna manera con animales, o que tienen alguna responsabilidad para su transporte terrestre, aéreo o marítimo. La institución que recibe los animales debe estar preparada para aceptarlos, teniendo listas las instalaciones adecuadas y el personal experimentado en la manipulación de animales.

d)    Manipulación de los animales

Los animales en un laboratorio se adaptan a las condiciones ambientales, tales como la temperatura, humedad, los cambios de aire, ruidos, las costumbres de los cuidadores, las feromonas animales o humanas (sustancias secretadas y liberadas por animales para la detección y la respuesta por otros de las mismas especies). Todo lo citado anteriormente puede cambiar cuando se los transporta hacia el bioterio o adentro del mismo (Slatnetz, Fratta, Crouse et al. 1957; Baker, Lindsey y Weisbroth, 1979; Gibson, Paterson y Conville, 1986; Aguila, Pakes, Lai et al. 1988; Rowsell, 1988). Desafortunadamente, muchos de estos cambios no se han medido cabalmente (Yousef, 1988). También se cuestionó mucho respecto a la conveniencia de pruebas seguras usadas para medir el estrés inducido por cambios ambientales. Cambios de comportamiento tales como un incremento de agitación, una manipulación difícil, la negación de comer o beber, el erizamiento del pelo, la disimulación, y las anomalías de comportamiento pueden no ser percibidas, pero pueden ocasionar variaciones en los datos experimentales.

Por lo tanto es esencial permitir a los animales aclimatarse a un nuevo ambiente. Como el período de aclimatación varía para cada animal y entre especies, es imprescindible adquirir conocimientos sobre las especies animales y sobre cada tipo de animal. Cuando un animal llega a su destino, la institución debe asegurarse que el transporte se hizo de manera segura y humanitaria. Es muy importante que los vehículos para el transporte estén equipados de un sistema de climatización apropiado, a fin de disminuir los factores de estrés que pueden haber aumentado durante el transporte. Antes de usar a los animales en las experiencias, se debe aclimatarlos al ambiente en forma total y estabilizarlos desde los puntos de vista fisiológico y del comportamiento. Landi, Kreider, Lang et al. (1982) demostraron que, luego de un transporte aéreo, los roedores necesitaban un período de dos semanas para que la sangre y los parámetros de estrés vuelvan a la normal. La adhesión a los principios de manipulación y transporte humanitarios durante el viaje o a la llegada a la institución, deberían contribuir para lograr resultados significativos y científicamente válidos, cuando los animales se usan en investigación, enseñanza o en pruebas

3.    Crianza

Este Manual no pretende establecer un repertorio de todos los métodos modernos de crianza de animales. Sin embargo, es obvio que todos los tipos de animales involucrados en programas de crianza con el propósito de investigar la producción animal, requieren el mejor cuidado y se deben guardar registros precisos de crianza (Box, 1976). Es esencial que tanto los criadores como los investigadores que se proponen criar animales destinados a investigaciones específicas, adquieran informaciones detalladas sobre la anatomía, comportamiento y fisiología de la reproducción de esos animales (Altman y Dittmer, 1972; Greep, 1974; Hafez, 1970; Crawford, 1990). Blaffer-Hrdy y Whitten (1987) presentan datos comparativos para primates no humanos (PNH) sobre el ciclo estral, duración de las menstruaciones, señales visuales y el comportamiento de machos y hembras durante el estro para todas las especies. Los criadores deberían referirse a los capítulos de este Manual que tratan de las cajas y del alojamiento especial de diversas especies.

Si se quiere establecer un modelo animal de enfermedad humana, el científico o el criador debe conocer a fondo los procesos básicos fisiológicos y patológicos de la enfermedad. La institución de investigación es generalmente el mejor lugar para este tipo de crianza. Sin embargo, en algunas circunstancias puede ser preferible obtener una cepa mutante particular, a través de una empresa comercial confiable, o por arreglo con algún otro científico quien ya críe y utilice el mismo modelo (ILAR, 1979). La crianza de cualquier animal de laboratorio debe hacerse según los estándares y la nomenclatura genética aceptada (Festing, Kondo, Poiley et al. 1972; ILAR, 1979; Lyon, 1981; Lyon y Searle, 1989), temas estos que no están tratados en este Manual.

La decisión de establecer un programa de colonia de cría en una institución de investigación pertenece al investigador y al Comité de protección de los animales de la institución, que deben hacer un estudio detallado de la naturaleza del proyecto. A menos que la crianza sea parte integral, sino esencial de la investigación o de la enseñanza, se debería siempre evaluar: a) el costo real (para la institución) de los animales criados dentro del edificio de la institución; b) la ocupación de espacio valioso y costoso que no será disponible para otra investigación; y c) el número de animales a producir, comparativamente al número de animales que se utilizarán. Los pequeños programas caseros de cría casi siempre involucran la necesidad de disponer de animales que son inútiles para los fines del proyecto, y el mantenimiento de reproductores en exceso para satisfacer las demandas fluctuantes.

Para la producción comercial de ganado, la selección se puede basar sobre la ascendencia, la progenie o el desempeño individual, o una combinación de estos factores. Sin embargo, en especies pequeñas de animales de laboratorio, se enfatiza el mantenimiento de la pureza genética (Festing, Kondo, Poiley et al. 1972). Hubo dudas en años recientes sobre la homogeneidad genética de ciertas cepas, y eso llevó a hacer pruebas genéticas de los animales. Los abastecedores más importantes de pequeños animales de laboratorio proveen un control genético para sus reservas y sus cepas, y pueden proveer servicios de prueba genética a los investigadores que usan otras cepas de animales.

La naturaleza genética de una población animal puede cambiarse de tres maneras: por selección; mediante la manipulación del sistema de crianza; o por la alteración del genoma mediante la introducción de genes ajenos (DeTolla, 1991). Tradicionalmente, la rapidez con que los cambios genéticos aparecen en una población depende en parte del sexo de los animales seleccionados. La hembra tiene menor efecto que el macho sobre el diferencial de selección máxima, ya que el macho produce muchos descendientes. La decisión con respecto a la selección de los animales reproductores dependerá de muchos criterios directamente relacionados con el propósito del programa de crianza.

4.    Crianza de animales transgénicos

El tiempo requerido para producir grandes números de animales transgénicos depende de la capacidad reproductiva del animal. Los animales transgénicos se consideran ahora como herramientas estándar de investigación biomédica (Saffer, 1992) y cada vez más como modelos animales de enfermedades humanas (Merlino, 1991), en terapia génica, en estudios de enfermedades virales, en la expresión fisiológica de genes extraños (Palmiter y Brinster, 1986; Geistfeld, 1991), como sondas en sistemas complejos (Hanahan, 1989), y como modelos para estudios de toxicología genética (Myhr y Brusick, 1991). Su uso aumenta, y desde luego, se ha identificado como una causa importante en el primer incremento en el uso de animales de laboratorio en Inglaterra desde hace muchos años (Anon., 1992).

Geistfeld (1991) describió recientemente el manejo de una colonia de ratones transgénicos, y ha sido publicado un manual de procedimientos por Hogan, Constantini y Lacey (1986). También existen numerosas publicaciones (Brinster, Chen, Trumbauer et al. 1985; Bishop y Smith, 1989; Depamphilis, Herman, Martinez-salas et al. 1988; Gordon, Scangos, Plotkin et al. 1980; Jaenisch, 1976, 1988) que describen el uso de animales transgénicos. The Britain's Health and Safety Executive publicó los Guidelines on Work with Transgenic Animals (1989)(Baynards House, 1 Chapstow Place, London, W2), que deben ser aplicados cuando se creen, crían o se manipulen animales transgénicos en el Reino Unido (Connor, 1989).

Geistfeld (1991), en su descripción del manejo de una colonia de ratones transgénicos, sugiere que los ratoncillos nacidos por cesárea sean usados a fin de eliminar los agentes patógenos. Diversos sistemas de crianza pueden ser establecidos; habitualmente, un sistema de harén 2:1 a 3:1 es efectivo, aunque no existan reglas absolutas.

Donnelly y Walsh-Mullen (1991) señalaron algunos de los problemas asociados con la crianza de ratones transgénicos. Estos incluyen la contaminación de los medios usados en la colecta de huevos y de blastocitos para micro inyección, causa de que la madre portadora no logre parir. También notan que la introducción de genes extraños puede provocar inserciones nocivas que llegan a ser letales para el animal o que comprometen su reproducción.

El CCPA creó recientemente un comité sobre la biotecnología animal, cuyo mandato es: "desarrollar directrices sobre la manipulación de embriones, la investigación fetal, y los animales transgénicos". El comité sobre la biotecnología animal considera aceptable la investigación sobre las manipulaciones transgénicas/embrionarias para producir animales, que no tienen un impacto negativo sobre el bienestar de los mismos o sobre el ambiente, y que ofrecen resultados positivos y científicamente justificables. Según el Comité, si la tecnología transgénica resulta en nuevas especies o nuevas cepas de animales, se deben desarrollar métodos de investigación para probar el impacto que tendrán tales animales. Algunas de las instituciones de Canadá han preparado sus directrices propias sobre la investigación que involucra animales transgénicos.

5.    Modelos animales con necesidades especiales

Los modelos animales de enfermedades humanas se usan para estudiar las causas y los métodos terapéuticos y preventivos de las enfermedades humanas, así como para desarrollar también nuevas drogas (Nomura, Katsuki, Yokoyama et al. 1987). Existen modelos de muchas enfermedades y condiciones, tales como la hemofilia (Moake, 1988) la aterosclerosis (Reddick, Lee, Brinkhous et al. 1990; Farrell, Saunders, Freeman et al. 1986), pasteurellosis (Morck, Costerton, Bolingbroke et al. 1990), enfermedades intestinales (Pfeiffer, 1985), la degeneración hepática (Hultgren, Stevens y Hardy, 1986), enfermedades entéricas tales como el Campylobacter jejuni (Fox, Ackerman, Taylor et al. 1987), las cardiomiopatías (Wagner, Reynolds, Weisman et al. 1986) y las enfermedades neurológicas (Barnes, 1986). Durante un simposio del British Laboratory Animals Veterinary Association, se discutió sobre los modelos animales que contribuyen a la comprensión de las enfermedades, tales como la hipertensión, las enfermedades del tracto gastrointestinal y las cardiovasculares (Anon., 1986). En otro encuentro, el enfoque fue sobre los desafíos que los investigadores tienen que enfrentar, tales como el virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida o SIDA y la necesidad de modelos animales al respecto (Groopman, 1991).

Los modelos animales de algunas condiciones o enfermedades tienen necesidades especiales más allá de las exigencias generales de contar con animales de laboratorio saludables y normales. Cuando tales modelos animales están por ser utilizados en la investigación se deben identificar y satisfacer estas necesidades especiales. Es responsabilidad del investigador principal tomar en consideración dichas necesidades antes de emprender un proyecto de investigación. Estas necesidades especiales tendrán seguramente un impacto sobre el presupuesto de la investigación, desde el punto de vista del tiempo adicional para el cuidado de los animales, el material y el equipo necesario. Las Comité de protección de los animales deben evaluar los protocolos experimentales, así como las necesidades especiales de los animales.

El principio de base de esta responsabilidad para cumplir con las necesidades especiales de los modelos animales podría ser formulado de la siguiente manera: cualquier dolor, sufrimiento, ansiedad y/o deficiencia funcional que perjudican el bienestar de los animales, y que no sean científicamente "necesarios" para la investigación, deben ser eliminados o minimizados. El mismo principio se aplica para los costos o las disposiciones materiales. Además, tan pronto como se terminen los estudios, los animales víctimas de sufrimiento se deben destruir humanitariamente (Olfert, 1992).

6.    Identificación de sexos

Generalmente, los machos y las hembras se guardan separados después del destete, a menos que exijan lo contrario las necesidades de crianza o los protocolos de investigación. Se debe evitar el apareamiento no planificado de los stocks de reproductores en condiciones experimentales, porque compromete los resultados experimentales.

La identificación del sexo puede ser difícil en el recién nacido o en especies con las cuales uno no esté acostumbrado. Además de los órganos genitales, en algunos casos pueden usarse las características sexuales secundarias (Valle, 1990). Se encontrarán descripciones detalladas de las técnicas/observaciones para la identificación del sexo de las diferentes especies de animales de laboratorio en el Manual del CCPA, Volumen 2, en los capítulos que tratan de las especies animales, o en otras publicaciones generales sobre las especies utilizadas en el laboratorio (Poole, 1987). También existen descripciones de las técnicas usadas para determinar el sexo de algunas especies menos comunes (Goin y Goin, 1971; Frye, 1991; Marcus, 1981).