18/11/04 – SE DECLARA AL "CABALLO CRIOLLO" PATRIMONIO CULTURAL INTANGIBLE DE LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY.

VISTO: La vinculación del caballo al proceso histórico de la formación y desarrollo de la nación oriental.

RESULTANDO: Que su ingreso por el hombre europeo convirtió a los grupos aborígenes nómadas, en notables jinetes, transformándolo en elemento esencial para la caza y el combate, dotando a nuestras tierras de un ingrediente fundamental como lo es el gaucho, tipo humano más característico de nuestro país rural.

CONSIDERANDO: I) Que en la época colonial, aún después de la Independencia, el caballo servía como elemento motriz, medio de transporte, construcción y complemento indispensable para todas las tareas de campo; haciéndose a caballo toda nuestra gesta emancipadora, así como nuestras convulsiones internas de la consolidación nacional y las revueltas partidarias. II) Que se puede expresar que durante los siglos XVIII, XIX y entrado el XX, el caballo fue el verdadero motor de nuestra economía ganadera, agrícola y manufacturera.

III) Que durante más de cuatrocientos años se desarrolló el caballo criollo, heredero de los animales de la conquista, en los que el tiempo, la naturaleza y las necesidades del hombre y su medio, fue y es un esencial elemento de la cultura popular local, sin el cual es imposible comprender nuestro ser nacional.

ATENTO: A lo expuesto precedentemente.

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

DECRETA

ARTÍCULO 1°.- Declaráse Patrimonio Cultural Intangible de la República Oriental del Uruguay, al "Caballo Criollo".

ARTÍCULO 2°.- La declaración dispuesta en el artículo anterior no es vinculante con la Ley N° 14.040 y quedan excluidos los ejemplares de la raza de las servidumbres y obligaciones establecidas en dicha Ley.

ARTÍCULO 3°.- Comuníquese, publíquese, etc.




En vista de que “es necesario dictar una norma que regule” la tenencia de equinos, “generando los menores gastos posibles a la Administración y contemplándose, en la medida de lo posible, las distintas partes involucradas”, la Intendencia de Florida devolvió a la Junta Departamental la normativa que la Comisión de Legislación aprobó al plenario el lunes, tras discutirla menos de quince minutos, publicó El Heraldo.

La disposición -que el plenario de la Junta votará el viernes 19- indica que los equinos no podrán estar “sueltos o atados, en bienes de dominio público (...) en las distintas ciudades y demás áreas urbanas o suburbanas del departamento de Florida”.

Establece además que estos animales “deberán tener un propietario o tenedor responsable debidamente identificado”, por lo que “se creará un registro” en el que el propietario declarará con qué fines tiene el equino.
La normativa faculta además a la Intendencia de Florida a marcar a los caballos a fuego.
DOMINIO PÚBLICO

El proyecto de decreto tiende a “regular la existencia de equinos en bienes de dominio público”, tal como se señala en el expediente Nº 23.981/03 - JDF Lº 5 Fº 58 que tuvo a su estudio la Comisión de Legislación. Arocena propone “prohibir la existencia de equinos, sueltos o atados”, en estos bienes “o donde los mismos signifiquen o puedan significar riesgos o perjuicios, directos o indirectos, para la población, en las distintas ciudades y demás áreas urbanas o suburbanas del departamento de Florida”, tal como señala el artículo 1º del proyecto de decreto.

REGISTRO A FUEGO

La normativa propuesta plantea la creación de “un registro para que los propietarios o tenedores responsables de equinos aporten sus datos personales, tareas en la que se utiliza el animal, cantidad de animales bajo su custodia o propiedad, y los mayores datos identificatorios posibles del animal, sin perjuicio de la aplicación de procedimientos de marcas y señales con el mismo objetivo y de conformidad con las directivas y/o sugerencias que al respecto realice la Dirección de Contralor de Semovientes del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca”.

Establece además que “los equinos que fueran encontrados en las condiciones establecidas en el Art. 1º serán retenidos por la IMF y mantenidos en predio municipal apropiado, cercado y con aguada, siendo de cargo del interesado su manutención, hasta que su tenedor responsable o propietario acredite su calidad de tal y se abone la multa correspondiente. Los equinos que no sean reclamados en plazo de tres días hábiles serán denunciados a la Justicia para determinar el destino de los mismos y responsabilidades civiles de sus propietarios o tenedores responsables”.

Las sanciones previstas van de 1 a 15 Unidades Reajustables.

La propuesta de la IMF es que, a partir de la vigencia del decreto, se fije un plazo de noventa días “para efectuarse los registros correspondientes por parte de propietarios o tenedores responsables”.

PREDIO DE LA IMF

La IMF también incluyó en la ordenanza el artículo que reclamaron los ediles para crear un espacio donde los tenedores responsables puedan depositar sus animales sin violar el decreto. “A efectos de que tenedores responsables o propietarios de equinos puedan disponer de un lugar de permanencia transitoria -cercado adecuadamente y con aguada- y manifiesten su intención de utilización para estos fines, la Intendencia Municipal de Florida pondrá terreno o terrenos de su propiedad, ubicados fuera de la zona urbana de la ciudad de Florida, a disposición de los interesados en forma gratuita y bajo condiciones que previamente se convendrán y coordinarán”, establece en tal sentido el artículo 6º de la ordenanza propuesta.

PROYECTO DE LEY
Artículo Único.- Declárase el caballo "criollo", símbolo histórico nacional. (VER IMÁGENES DEL "SIMBOLO NACIONAL")

Montevideo, 12 de noviembre de 2003.
HUGO VERGARA
Representante por Treinta y Tres
RICARDO BEROIS QUINTEROS
Representante por Flores
LUIS ALBERTO LACALLE POU
Representante por Canelones

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
El caballo "criollo" ha sido uno de los protagonistas más importantes en la formación de nuestra patria, como manifestara Domingo F. Sarmiento, "Feliz el día que desembarcó el primer caballo en América".

En 1493 los caballos españoles pisan por primera vez tierra americana, en la isla Española, hoy Santo Domingo, siendo el antepasado directo, sin lugar a dudas, de todos los caballos criollos americanos.

Según algunos autores, Panamá y Colombia parece que fueron las primeras regiones de producción importante de yeguarizos en tierra firme. De Panamá pasan a Perú llevados por Francisco Pizarro y allí empiezan a multiplicarse a partir de 1532.

Contemporáneamente, Don Pedro de Mendoza en 1535 y Alvar Núñez Cabeza de Vaca en 1541, introdujeron caballos directamente de España, en el Río de la Plata y en Paraguay.

Este primitivo yeguarizo "criollo" se alzó formando enormes manadas de caballos silvestres que en México y Estados Unidos llamaron "mesteños" o "mustangs", "cimarrones" en las islas y América Central y en el Río de la Plata se los denominó "baguales".

El pequeño caballo, de músculos de hierro y tendones de acero, cuyas hazañas pudieron pasar inadvertidas por los nativos de la época, acostumbrados a ellas, pero que llenaron de admiración a cuanto extranjero entendido en caballos nos visitara, fue injustamente olvidado cuando el progreso, suavizando el medio y facilitando las comunicaciones, hizo posible la mestización de nuestros ganados y la subdivisión de nuestros campos.

La defensa del territorio, el establecimiento de las fronteras, los trabajos de estancia, el transporte de mercadería y hasta el placer del gaucho tuvieron como base al caballo "criollo".

Cuando la región todavía estaba desierta de gente, las tropillas ya gestaban y se reproducían por las praderas y fueron fundamentales para la instalación de las poblaciones y el desarrollo de la provincia.

Nuestro caballo criollo, presta su ayuda en este suelo, desde la época en que los indígenas lo aprovecharon para sus correrías.

El gaucho tuvo y tiene en él, la ayuda mas decidida y eficaz en las faenas camperas, donde puede probar su valor indiscutible en cuanto a rusticidad, sobriedad, resistencia, etcétera.

En el transporte primitivo (diligencias), recorrían de veinte a treinta kilómetros sin descanso, en un aire de marcha que por lo general sobrepasa el galope, y que en larguísimos trechos llegaban a carrera.

Lo vemos trabajar en las paradas de rodeos y aparte de ganado. El caballo criollo es, pues, rústico por excelencia, entendiendo por rusticidad la resistencia frente a influencias climáticas y enfermedades.

Inigualable en las faenas diarias del campo se destaca como animal de silla, así como animal de cinche.

Su habilidad e inteligencia se manifiestan por ejemplo en las faenas de campo, entre otras tareas, manteniendo el lazo tirante cuando se trata de un novillo enlazado, destacándose asimismo por ser un excelente nadador.

El caballo, moldeado con características propias en el Cono Sur, se constituye en un biotipo de caballo de trabajo. Único en América a través de casi cien años de cría seleccionada, orgánicamente dirigida por entidades de criadores, con normas reglamentarias precisas y concretas, con fundamentos técnicos ponderables. Así, la raza criolla de América, desde sus primeros pasos en el continente y a través de los posteriores trabajos y afanes de todos sus cultores, se ajusta a lo afirmado con toda propiedad por uno de sus más grandes historiadores, don Ángel Cabrera que en el año 1945 expresó, "este continuo trasegar de caballos durante más de tres siglos dio como resultado la actual raza "criolla", "definiéndose como tal debido a que posee un conjunto de propiedades que se trasmiten por herencia".

En palabras de Mariano Cortes Arteaga, "el caballo fue para los Treinta y Tres Orientales, el primero, el más preciado de sus medios auxiliares y el compañero inseparable con el que compartieron las fatigas de la guerra y las glorias de combate, sin su concurso no les hubiese sido posible iniciar con éxito la heroica campaña que culminó con los inmemorables triunfos de Rincón y Sarandí".

En Uruguay a pedido de los señores Raúl A. Rodríguez, Federico Vidiella, Héctor Pérez y Manuel Artagaveytia, la Asociación Rural del Uruguay procede el 23 de diciembre de 1929 a la apertura del Registro de Caballos Criollos, que cuenta en la actualidad con la inscripción anual de más de tres mil ejemplares, en más de cuatrocientos criadores; transformándose en la raza de mayor difusión e importancia en nuestro país.

El caballo criollo ha sido y es un factor determinante en el desarrollo de nuestra patria, siendo el primer chasque de Artigas, continuando hasta la actualidad donde hace posible el acceso de los niños a nuestras escuelas rurales; transformándose, no solo en necesario, sino en imprescindible.

Compañero inseparable del gaucho en sus momentos de soledad y en sus tareas del campo y demostrando la validez de la frase que dice, "La patria se hizo de a caballo", es que vemos que a lo largo de la historia el criollo dejó de ser una mera herramienta de trabajo, o un medio de transporte, para convertirse hasta hoy en día en un compañero inseparable de tantos gauchos, caudillos y ciudadanos que han forjado las bases institucionales de nuestro país.

De esta manera vemos que el criollo toma un protagonismo primordial que trasciende más allá de libertadores, caudillos, de ideas y divisas, y obtiene una continuidad histórica en la que adquiere un justo reconocimiento.

Es así que vemos que el criollo aparece en innumerables monumentos, pinturas, sellos, fotografías, etcétera; acompañando a los grandes caudillos de nuestra patria, aunque tan solo sea como un simple compañero.

Después de hacer un resumen de la historia del caballo criollo se nos hace imprescindible resaltar una vez más la relación del hombre y el animal, que desde la antigüedad se ilustra en la figura del "centauro".

Esta unión, no solo se limita a este símbolo mitológico, sino que lo vemos desde la niñez, en hombres y mujeres, surgiendo un vínculo afectivo.

Estos sentimientos comunes a todos los orientales, se ven aún más acentuados en el hombre de campo, a quién le sería imposible realizar sus tareas sin la ayuda del caballo criollo.

El caballo de tiro, para arar, para tirar un carro, de carrera o mestizo, el petizo que lleva a los niños a la escuela, el simple carrito que lleva un pan a un hogar humilde, son imágenes típicas que forman parte del día a día de nuestro país y demuestran que el caballo es el compañero diario, el amigo que todo da y nada pide.

El caballo criollo es símbolo de libertad, de espíritu que no se doblega, y que representa la esencia misma de nuestra patria, libertad, independencia, trabajo, sacrificio, ocupando entonces un merecido lugar en el Escudo Nacional.

Con recuerdos sabidos y nostálgicos, que la patria se hizo a caballo, siendo guerrero hasta morir por ella, siendo el servidor y el amigo del hombre, solicitamos que este símbolo sudamericano sirva también para estrechar lazos de afecto entre los uruguayos y que reconozcamos en este proyecto que el caballo "criollo" definitivamente es y será un símbolo histórico nacional.

Montevideo, 12 de noviembre de 2003.
HUGO VERGARA
Representante por Treinta y Tres
RICARDO BEROIS QUINTEROS
Representante por Flores
LUIS ALBERTO LACALLE POU
Representante por Canelones